
el dios certero
que me devora y calla
cuando pienso.
Un ritual obsesivo
acecha
mis palabras.
¿Seré yo quien las mata?
.....
Solemos olvidar
que la poesía es un instante
sabiamente clausurado
antes de que aprendamos a pronunciar
la eternidad.
A la poesía y a la muerte
hay que merecerlas.
Ana Emilia Lahitte